Lucia Acurio es la la segunda hija del matrimonio Acurio Jaramillo. Tuvo tres hermanas y un hermano menor con quien siempre ha mantenido una relación muy cercana.
“Mi familia siempre ha tenido mucha cercanía con el campo. De pequeña agarraba la tierra y me la comía, más de una vez se coló una hormiga. Gastón que siempre fue muy pegado a mi, hacía lo mismo que yo. Creo que de allí vienen algunas de sus ideas para la cocina”.
Y aunque hoy en día su hermano y embajador mundial de la cocina peruana, Gastón Acurio, no cocina tierra con hormiguitas, heredó de su familia y especialmente de su hermana el valor y el respeto por todo lo que viene de la tierra.
Ya que hablamos de comida, le pregunto a Lucia cual es su plato favorito de Gastón. Sin hesitación me dice “el lomo saltado le queda muy bueno”. A modo de coletilla agrega “mi esposo aunque sea ecuatoriano se pegó a la honda de Gastón y aprendió a hacer el chupe de camarones que es una delicia”.
Lucia se graduó de ingeniera agraria en Perú guiada por su pasión por las virtudes de la tierra y se especializó en el rol de la mujer en la agricultura. Su abuela fue su inspiración para seguir este camino. Era una terrateniente en Cusco que inició su propia reforma agraria, cediendo parte de sus tierras a los campesinos, mucho antes de la reforma que se llevó a cabo a nivel nacional en Perú durante los años 70. Me cuenta que fue una revolucionaria y que de ella heredó su sentido por la justicia, por el deber ser mientras que de su padre heredó su sentido de la independencia y de aventura.
El amor la lleva fuera de la patria que la vio nacer, sin embargo esto le abrió otros horizontes profesionales. Durante sus años viviendo en Estados Unidos se involucra en el tema de tecnología para la educación. Lucia comenta que es vital el apoyo a la inversión de nuevas tecnologías pero que estén enmarcadas en impactar la educación y en potenciar el proceso de aprendizaje. Este camino la llevó por Ecuador y España convirtiéndose en una experta en el tema de ed-tech, hasta la creación de su propia iniciativa, el Grupo Edutec.
No tardó mucho para que Perú la pidiera de regreso y como dice ella “los peruanos tenemos un lazo muy fuerte con nuestro país”. Esta vez el llamado provino del Ministro de Educación, Jaime Saavedra, con quien compartía la pasión por querer generar un impacto trascendental en Perú y estamos de acuerdo que la base es la educación.
Lucia dirige una iniciativa para convertir Perú en un país bilingüe entro el 2021. La idea del proyecto es que la población pueda hacer uso del inglés en el ámbito en el cual cada uno se desempeña, desde taxistas y comerciantes hasta profesores y otros profesionales. Lucia me dice“Queremos que el individuo sea parte de este propósito colectivo y que, de esa manera, podamos convertir Perú en un país más competitivo”.
El proyecto, que ya se encuentra en la fase de implementación, abarca la enseñanza de la competencia comunicativa del inglés en 1000 instituciones e involucra aproximadamente a 350mil estudiantes. “Es una política Nacional multisectorial que incluye todos los sectores del gobierno, sociedad civil. Al final es una sumatoria de intenciones bien articuladas”.
Es innegable el crecimiento que ha tenido Perú en los últimos años y gracias a iniciativas de este tipo y a ciudadanos comprometidos, el Perú cada vez esta mejor encaminado a convertirse en un país desarrollado.
Ya que hablamos de la educación aproveché para preguntarle a Lucía si fue una estudiante responsable o fue la rebelde. Entre risas me responde“Yo era un bicho raro. Siempre fui muy hippie y por eso era la rebelde de la clase aunque me iba muy bien académicamente. Estudié en una escuela de monjas donde vi muchas cosas con las cuales no estaba de acuerdo y si hay algo que no soporto son las injusticias. Eso me hizo ser rebelde mientras estaba en el colegio”
Luego de terminarnos nuestra infusión de anís, nos despedimos y la veo irse a su casa, no sin antes detenerse, haciendo muestra de su fe en la justicia, mientras le da dinero a un señor muy mayor víctima precisamente de las injusticias causadas por la desigualdad social que aún se vive en nuestros países latinoamericanos.
Yo por mi parte lo invité a que se sentara conmigo y brindé un almuerzo a mi nuevo amigo huanuqueño. Pero esa ya es otra historia.